Recuerdo esa vez que estaba molesta contigo, llegué a casa directo a la cocina con la excusa de tomar un vaso con agua y estabas ahí, me miraste y no pude resistir acercarme a ti.
Destruí la barrera que nos separaba y de nuevo me tuviste a tus pies, recuerdo como tomaste mi cuerpo con delicadeza e hicimos el ademán de bailar mientras entre risas dábamos vueltas en la cocina.
Si de recuerdos hablamos tengo muchos que aún pesan en mi corazón, pero ya sabes, dicen que la vida no es color de rosa, y a nuestra historia le faltaba el lado gris, que sí tenía, pero yo no quería ver.
Para el momento en que me di cuenta que era yo la única enamorada, no pude más con la carga de todo lo que habíamos vivido juntos entonces te odié y te lloré tanto hasta que me hundí en un gran pozo lleno de lágrimas, dolor y culpa.
Ya no creo en tus ojos, esos que antes amaba mirar, tuve dos ocasiones que cruzamos miradas y me pareció ver ‘’algo familiar’’, pero lo ignoré porque no quise volver a ilusionarme contigo, no cuando el historial que yo conocía eran puras mentiras.
¡Que buen mago resultaste! Usaste tus mejores trucos conmigo, y yo caí tan rápido.
Ahora ya no te quiero como antes, me ha hecho bien separarme de ti, aunque al inicio fue difícil y quería volver contigo no me lo permití, porque antes de ti, estoy yo.
Te has perdido quien soy, ya no podrás abrazarme nunca más, se acabaron las madrugadas en vela y los bailes en la cocina.
Nunca más tendrás el poder de destruirme.
Ojalá que no te rompan el corazón de la forma en que tú hiciste conmigo, siempre te deseé lo mejor, pero esta vez no seré yo la que te salve de tu próxima decepción.
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